Hoy en día, Internet ofrece una multitud de recursos informáticos dedicados a la traducción automática que, supuestamente, garantizan una traducción fiel de todo tipo de textos, de una lengua a otra, en apenas segundos.
Por motivos de urgencia, algunas personas recurren a estas herramientas que les ofrecen soluciones rápidas a sus problemas.
En un contexto profesional o académico confiar en este tipo de herramientas de traducción automática para traducir el mensaje que quiere difundir en otro idioma puede resultar ineficiente, incluso peligroso. Suelen hacer una traducción literal del texto y no interpretan el mensaje como lo haría un traductor profesional, lo que perjudicaría gravemente a la imagen corporativa o personal, dando una imagen de poca seriedad, poca profesionalidad e inadecuada.
Estas herramientas de traducción automática sirven de ayuda si necesita traducir una palabra. En cambio, cuanto más larga y compleja es la frase tienen muchas dificultades para interpretarla. La mejor solución será la de recurrir a un traductor profesional.
Si dispone de traducciones bien hechas, vincula a sus clientes el sentimiento de una empresa seria, consolidada y eficiente, creando una relación de confianza que se puede establecer a largo plazo.
Por lo tanto, si desea realizar una traducción fiel, contratar a una agencia de traducción con traductores nativos se convierte en una necesidad para cualquier empresa o particular que desea difundir un contenido en un idioma extranjero.